Si el captador de polvo no funciona bien, a menudo se debe a una carga demasiado alta de polvo, una limpieza deficiente o una combinación de ambas. Si no se revisan, estos problemas pueden provocar tiempo de inactividad no planificado y aumentar los costes operativos.
A continuación encontrará una práctica lista de verificación con medidas que usted y su personal pueden tomar para evitar paradas costosas y cambios frecuentes de filtro, aunque no es necesariamente una presentación exhaustiva de todos los posibles problemas.
1. La presión de aire comprimido es esencial para la limpieza: La presión de aire comprimido es fundamental para el rendimiento y la duración de su captador de polvo. Cuando la presión de aire comprimido es demasiado baja, los cartuchos del filtro no se limpian correctamente y eso suele provocar una rápida degradación y saturación. Si la presión de aire es alta, los cartuchos del filtro se consumen con mayor rapidez y se deben reemplazar con más frecuencia, lo que aumenta los costes y el mantenimiento. También es muy importante la calidad del aire comprimido. El compresor debe tener la fuerza suficiente para suministrar aire a una presión constante, incluso cuando la producción esté a máxima velocidad y todos los usuarios exijan la cantidad más alta de aire comprimido.
Existen tres casillas de verificación principales que debe revisar:
- la presión del aire comprimido siempre debe estar dentro de los límites de las recomendaciones del constructor;
- el aire comprimido debe estar libre de aceite y agua;
- la cantidad de aire comprimido disponible debería ser suficiente para todos los usuarios que realizan tareas al mismo tiempo.