Fig. 1: Filtros UltraPleat™ de bajo consumo con purgadores electrónicos de condensados utilizados para suministrar aire comprimido a procesos altamente sensibles en atmósferas de salas blancas.
En la búsqueda de posibles ahorros, siempre destaca el suministro de aire comprimido, indispensable para la industria, porque esta forma de energía se produce en las propias empresas; por tanto, se puede influir directamente en sus costes.
Y como "la atención en las pequeñas cosas de la vida trae recompensas significativas" en el sentido más estricto de la palabra, se necesitan especialistas para los distintos niveles, desde la producción hasta el tratamiento y la distribución, pasando por la calidad requerida del aire comprimido en el punto de consumo. Por ejemplo, durante el ejercicio 2021 nosotros ejecutamos ocho proyectos de mejoras en líneas de aire comprimido en nuestras plantas de producción, con lo que conseguimos a una reducción de aproximadamente 460.000 kWh anuales de electricidad y 250 tCO2e anuales (fuente: Informe de sostenibilidad de Donaldson, ejercicio 2021). Tradicionalmente, los esfuerzos de ahorro se han centrado en los compresores de aire comprimido. Su consumo de electricidad es fácil de medir y el desarrollo tecnológico de los compresores y su control parece haber alcanzado sus límites en cuanto a los principios de diseño pertinentes para reducir la demanda de electricidad.
Entonces, ¿por dónde empezar cuando se practica la generación de vanguardia, se registran digitalmente los datos y también se lucha con éxito contra las fugas en una red de aire comprimido bien diseñada (fig. 1)?